
La diputada de Vox Rocío de Meer y el vicepresidente de ANAVID, Jesús Muñoz, han participado en unas jornadas impulsadas por Vox destinadas a cuestionar la existencia de la violencia machista. Este evento tuvo lugar el jueves en el Congreso de los Diputados, llevando por título ‘Ideología de género y denuncias falsas España/Argentina’. La jornada se centró en negar la violencia de género y criticar las leyes que se han establecido para prevenirla.
Desde el inicio de la jornada, Rocío de Meer afirmó: “Hay mucha gente que no quiere que estemos aquí”, refiriéndose a la oposición presentada ante la Mesa del Congreso por ERC, EH Bildu y BNG, una petición de cancelación que Sumar apoyó, pero que no fue respaldada por el PSOE ni por el PP, quienes con sus votos permitieron la celebración del evento.
En conjunto con De Meer, Jesús Muñoz fue el encargado de presentar las jornadas. Durante su intervención, el vicepresidente de Anavid se jactó de haber “destrozado” a la abogada de su expareja en el juicio por la custodia de su hijo. Defendió además que las leyes de violencia de género son producto de “gente nostálgica del derecho penal de Mezger y Goebbels”, mencionando a figuras históricas asociadas al régimen nazi. Muñoz aseveró: “Este país está juzgando a hombres con nuestros impuestos solamente por tener pene”, y expresó que estas leyes vulneran los derechos fundamentales de los españoles, creando un “Estado de terror”.
Exmagistrado del Supremo intenta ridiculizar a las personas trans
Entre los conferenciantes se encontraba Javier Borrego, exmagistrado del Tribunal Supremo y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, quien se presentó como parte de la “manosfera”. En su discurso, ridiculizó la autodeterminación de género promovida por la ley trans aprobada en 2023, afirmando que se sintió mujer por unos momentos y deseó ser llamado “Francisca Javiera”.
Asimismo, participaron los abogados argentinos Patricia Anzoátegui y Rubén Melloni, miembros del Observatorio de Falsas Denuncias y coautores del libro ‘Hienas. Abogados de familias vs. Falsas Denuncias’. Anzoátegui sostuvo que muchas denuncias realizadas por mujeres víctimas de violencia machista tienen fines económicos, argumentando que las leyes contra la violencia de género proporcionan privilegios a las mujeres que obstaculizan la “igualdad real”.
Por su lado, Melloni abogó por legislar para los “seres humanos” sin considerar cuestiones de “sexo”, y criticó a los jueces señalando que su “balanza” está inclinada hacia las mujeres en casos de violencia machista.
“Las madres, por mucho que lo intentemos, jamás podremos sustituir al padre”
Tania Evans, psicóloga experta en trauma y secuelas de la figura paterna, se centró en exaltar el rol del padre en el núcleo familiar. Afirmó que no es recomendable separar a los padres de sus hijos, sin especificar si esto incluye casos de maltrato. Evans expresó que “solo el hombre puede convertir a un niño en hombre y enseñar a la hija sobre la alteridad sexual”. “Las madres, por mucho que lo intentemos, jamás podremos sustituir al padre”, subrayó Evans, añadiendo que “la madre es el hogar y el padre es el mundo”. Criticó además la pérdida de autoridad dentro de los hogares, argumentando que los hombres han perdido su capacidad de ejercerla.
Samuel Vázquez, policía y portavoz de Vox en Interior, Seguridad e Inmigración, fue uno de los críticos más duros con el Gobierno, afirmando que la lucha contra la violencia de género “es una industria” que se basa en una mentira.
García tilda de “aberración” las jornadas “negacionistas” de Vox
Desde el Gobierno, la ministra de Sanidad, Mónica García, calificó de “aberración” la celebración de estas jornadas, donde Vox negó la violencia de género y criticó las normativas para combatirla. García afirmó: “Para mí es una aberración que sea un altavoz de las posiciones más ultras y negacionistas de la violencia machista que ya se ha cobrado la vida de más de 1.300 mujeres”.
Además, la ministra criticó el uso que hace Vox de las instituciones y de las sedes de la soberanía popular de manera “torticera”, expresando su desconcierto ante la permisividad de la Cámara Baja para permitir eventos que propagan una ideología que socava los derechos de las mujeres.