
No son pocas las voces que alertan sobre la protección presente y futura de la Amazonía, la mayor selva tropical del planeta. Uno de los últimos en hacerlo ha sido el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien ha presentado propuestas que pueden resultar un tanto sorprendentes para muchos. A su juicio, entre sus soluciones cruciales para salvaguardar la conservación ambiental y evitar la deforestación de esta importante región están la erradicación de las actividades de extracción petrolera, así como la legalización de los cultivos de coca.
Petróleo y cocaína: protagonistas de propuestas para salvar la Amazonía
El presidente colombiano, Gustavo Petro, defendió este martes en la ciudad brasileña de Manaos la erradicación de la explotación del petróleo en la Amazonía y la legalización del cultivo de cocaína como formas de frenar la devastación de la mayor selva tropical del mundo. El gobernante colombiano afirmó que preservar la Amazonía es vital para salvar la humanidad. Por lo tanto, agregó que los países de la región deben unirse para evitar que la deforestación llegue a un punto de no retorno catastrófico para el mundo.
«La humanidad se salva si la Amazonía se salva. El problema es el petróleo. Se trata de una discusión mundial que tenemos que traer a América Latina,» afirmó Petro en la ceremonia de inauguración de un Centro de Cooperación Policial Internacional compartido por los nueve países de la Amazonía.
El jefe de Estado colombiano admitió que América Latina se niega a asumir esa discusión, debido a que algunos países de la región, entre los que mencionó a Venezuela, basan su desarrollo en el petróleo. Petro pronunció su discurso al lado del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien defiende el derecho de Brasil a explotar posibles gigantescas reservas marinas ubicadas frente a la desembocadura del Amazonas.
El presidente brasileño alega que la explotación de tales reservas es necesaria para financiar la transición energética del país. Petro, por su parte, destacó que los combustibles fósiles «nos están matando,» subrayando la necesidad de cambiar ese modelo para preservar tanto la Amazonía como la vida.
«El progresismo tiene que basarse en la vida… El progresismo tiene que escuchar la ciencia que nos alerta sobre la gravedad de devastar la Amazonía,» afirmó el gobernante, advirtiendo que quienes se niegan a escuchar a la ciencia son de la extrema derecha. También destacó la decisión de los países amazónicos de cooperar en la lucha contra el crimen en la Amazonía, mencionando que la región enfrenta un enemigo común: las mafias que actúan sin fronteras. «Tenemos la cocaína en las manos de las mafias y esas mafias destruyen la Amazonía,» sostuvo.
Por lo que, agregó, «si mañana se legaliza la cocaína, acabaríamos con parte de las amenazas a la Amazonía. Es un tema de discusión que América Latina tiene que abordar sin vergüenza, porque parece que fuéramos criminales si no agachamos la cabeza ante una política (de combate a las drogas) fracasada.»
Según Petro, América Latina ha aportado cerca de un millón de muertos en la guerra contra el narcotráfico, un problema que Estados Unidos no ha conseguido resolver. Agregó que el fentanilo ha inundado las calles de Estados Unidos, provocando más muertes que las que antiguamente causaba la cocaína, y muchas más que las generadas por el tráfico de marihuana.
Dijo igualmente que Estados Unidos produce ahora sus propias drogas, principalmente marihuana, y que el alcohol tiene peores efectos que muchas drogas. «La solución es quitar la letra ‘i’ de la palabra ilícita y salvar la Amazonía y la humanidad.» concluyó.
El discurso de Petro en Manaos refleja su compromiso con la protección de la Amazonía y su visión de un modelo de desarrollo que priorice la sostenibilidad y la justicia social. Aunque estas propuestas generan debates y controversias a nivel internacional, su intención es abrir un diálogo sobre nuevas formas de abordar la crisis ambiental y social que enfrenta el pulmón del planeta con sus 7 millones de kilómetros cuadrados.