
MADRID, 3 sep. (EUROPA PRESS) – La participación de Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) en Indra tras la potencial operación de fusión en la que se está trabajando se quedará por debajo del 28% que posee el Estado a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), según adelantó el diario ‘El Economista’ y han confirmado fuentes del mercado.
El motivo de que Escribano haya accedido a ajustar su participación en Indra es que el Estado se mantenga como el principal accionista de una empresa estratégica que opera en un sector crítico como el de la defensa. El Gobierno destinará más fondos en este contexto geopolítico actual y así cumplir sus compromisos internacionales en gasto militar.
Indra constituyó a finales de julio una comisión integrada por vocales independientes para supervisar «el cumplimiento de las reglas aplicables para la correcta gestión de los conflictos de interés» ante esta posible operación.
Cabe recordar que el presidente de Indra desde el 19 de enero, Ángel Escribano, es copropietario de EM&E junto a su hermano, Javier Escribano, quien también es presidente de EM&E.
EM&E posee un 14,3% de Indra, lo que la convierte en el segundo mayor accionista de la compañía, solo por detrás del 28% del Gobierno. Javier Escribano forma parte del consejo de administración de Indra en representación de EM&E.
No obstante, el vocal independiente del consejo de administración de Indra, Bernardo Villazán, presentó su dimisión como miembro de la citada comisión por «razones personales».
En este contexto, los trabajos para esta posible fusión siguen su curso, y uno de los asuntos todavía pendientes es la valoración de la operación. Indra ha contratado a los bancos de inversión Morgan Stanley y Goldman Sachs para este propósito, según ha informado el diario ‘El Confidencial’ y han confirmado fuentes del mercado.
Asimismo, apuntan que la operación cuenta con un apoyo mayoritario dentro del consejo de administración de Indra.
Aumentar su perímetro en defensa
La potencial fusión con EM&E supondría para Indra incorporar a su estructura una empresa de armamento, un negocio en el que la compañía busca expandirse.
EM&E desarrolla, entre otros productos, torretas para tanques y vehículos blindados, un mercado en el que también participa Indra, junto a Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas (propiedad de General Dynamics) a través de Tess Defence, la cual es controlada ahora por Indra. Esta firma es adjudicataria de la fabricación para el Ejército español de los 8×8 Dragón y del Vehículo de Apoyo Cadenas (VAC), dos contratos valorados cada uno de ellos en torno a 2.000 millones de euros.
Además, Indra ha creado una nueva filial para fabricar vehículos militares, denominada Indra Land Vehicles, y ha adquirido recientemente la antigua planta de calderería pesada de Duro Felguera en Gijón, la cual será reconvertida para la fabricación de blindados.
A finales de junio, Indra lanzó una división de armamento, denominada Indra Weapons & Ammunitions, centrada en capacidades de guiado, sistemas no tripulados y de energía dirigida, así como en sistemas antidrón y de autodefensa en plataformas (como vehículos blindados).
Un mes después del anuncio de esta nueva división, Indra adquirió el negocio de drones de la empresa española Aertec (Aertec Defence & Aerial Systems), operación cuyo importe no ha sido revelado, pero que refuerza su división de Weapons & Ammunitions.