
Las algas, específicamente algunas especies como la Asparagopsis taxiformis, contienen compuestos que inhiben la producción de metano, especialmente en lo relativo a la digestión del ganado bovino. Un estudio reciente ha demostrado que incorporar pequeñas cantidades de estas algas en la alimentación de las vacas favorece la reducción de las emisiones de metano de estos rumiantes. Estos gases provienen de la fermentación en el sistema digestivo de estos animales y representan una de las principales causas del calentamiento global. Por ello, encontrar maneras de reducir estas emisiones se ha convertido en una prioridad para científicos, ganaderos y gobiernos.
Algas, el nuevo menú para las vacas que facilita la reducción de emisiones de metano
Una investigación internacional liderada desde Andalucía ha comprobado que añadir algas a la dieta de las vacas permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el contenido en compuestos antioxidantes de estos organismos marinos reduce hasta un 40 % el metano de estos rumiantes. Un equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), que incluye especialistas de la Universidad de Queen’s (Reino Unido) y del Centro de Investigación Alimentaria Teagasc (Irlanda), ha verificado que añadir algas a la dieta de los rumiantes reduce sus emisiones de gases de efecto invernadero. En concreto, las algas Himanthalia elongata y Fucus vesiculosus reducen hasta un 40 % las emisiones de metano en una digestión in vitro, gracias a su alto contenido de florotaninos, que son agentes antioxidantes.
Las algas marinas ya han demostrado su potencial como inhibidores de metano en rumiantes, lo que tiene un efecto instantáneo en el cambio climático. Este artículo, publicado por el Journal of Science Food and Agriculture y el cual ha sido informado por la Fundación Descubre, ha sido un esfuerzo por investigar simultáneamente seis especies de algas rojas y pardas procedentes de Irlanda.
En todas ellas, se han analizado sus compuestos, la cantidad de florotaninos y su impacto en la fermentación de la digestión del animal, es decir, la cantidad de emisiones de metano y amoniaco. Este estudio ha demostrado el potencial de las algas marinas como inhibidores de metano en rumiantes. Se han analizado seis algas y dos extractos, pero como no son el alimento natural de los rumiantes, es necesario ajustar las dosis.
Según uno de los autores del estudio, el investigador de la EEZ-CSIC David R. Yáñez-Ruiz, «si le damos una cantidad mayor al 1 %, pueden ser perjudiciales para el animal, lo cual afecta su digestión y reduce su ingesta». El equipo de la Estación Experimental del Zaidín ha diseñado un ensayo de la digestión animal, un proceso in vitro para medir cuánto gas expulsan los rumiantes a partir de muestras del líquido del rumen de las vacas.
Este líquido se incuba en botellas de vidrio donde se añade una dieta característica del animal, con o sin cantidades de todas las algas. Luego, la mezcla se gasea con CO2 para simular la fermentación gastrointestinal, facilitando la digestión del rumiante y permitiendo medir resultados. Sin embargo, el siguiente paso incluirá nuevos experimentos más complejos en las especies donde se han obtenido mejores resultados.
Este avance andaluz representa una solución innovadora y natural para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en uno de los sectores más contaminantes. La adopción de esta tecnología podría marcar un cambio significativo en la lucha contra el cambio climático, beneficiando tanto al planeta como a la economía agrícola.