Operadores de concesionarios consultados aseguran que, desde el mes pasado, muchos fabricantes han empezado a reducir descuentos para contentar a las autoridades, pero que vigilan de cerca las ventas para volver a rebajar precios si eso les garantiza que mantendrán su cuota de mercado.
«Todos los fabricantes quieren ir por delante porque la demanda general del mercado está estancada. A menos que el Gobierno tome medidas potentes para impedir reducciones de precios, no podemos descartar una nueva ronda de guerras de descuentos», explicó Zhao Zhen, jefe de ventas de un concesionario en la megalópolis oriental de Shanghái.
¿Cuál es la realidad del mercado?
«La cruda realidad es que los consumidores chinos están siendo cautos a la hora de hacer compras grandes. Prefieren comprar coches más baratos, y les atraen los grandes descuentos», apuntó Ding Haifeng, de la firma local de asesoría financiera Integrity.
Para JPMorgan, el problema no proviene solo de la falta de demanda sino también de un exceso de oferta: «El origen de este complicado entorno de precios es el exceso de capacidad industrial. Tendremos que ser pacientes si queremos ver un entorno mejor y más sostenible a largo plazo».
Entre los cerca de 50 fabricantes chinos de eléctricos, tan solo tres son rentables: BYD, el mayor vendedor mundial de este tipo de coches; Li Auto, otro de los grandes rivales de Tesla en China; y Aito, que cuenta con el respaldo del gigante tecnológico Huawei.
Los analistas esperan que menos de un 10 % de las marcas chinas de eléctricos logren beneficios a lo largo del próximo lustro; de hecho, aquellas que vendan menos de 1.000 unidades al mes podrían verse expulsadas del mercado «pronto», según indicó el mes pasado la consultora AlixPartners. En cualquier caso, se espera que este año el mercado se beneficie de la exención fiscal a la compra de eléctricos, la cual estará gravada con un 5 % desde enero de 2026 hasta finales de 2027, y con un 10 % de ahí en adelante.
Los últimos discursos del presidente chino advertían acerca de los peligros de esta involución, donde las empresas invierten cada vez más dinero y obtienen menos beneficios. La industria automotriz ha ‘recogido el guante’, bajando los precios y dando una tregua a la ‘guerra’, aunque con la amenaza latente de que podrían volver a subirlos. / ECOticias.com